Texto: Juan Luis Hernández Hernández
Muy próximas ya las fechas navideñas, las ramillas del acebo se convierten en uno de los elementos decorativos más característicos de estas fechas. Sus hojas verdes, lustrosas y planas, con esos frutos rojos tan reconocibles son elementos que forman parte del imaginario navideño. Sin embargo, en general, es muy poco lo que se sabe del árbol en sí. ¿Os es un arbusto? ¿Hay acebos en Castilla y León? ¿Dónde aparece? Intentaremos dar unas pinceladas que nos permitan conocer un poco más aspectos de la vida de esta especie.
El acebo (Ilex aquifolium) es un “arbolillo” dicho sin ser despectivo porque por lo general, bien sea por la acción humana, por la ganadera o por ambas a la vez, casi siempre presenta un aspecto más arbustivo. No obstante, pueden encontrarse ejemplares que superen más de 10 metros de altura.
De manera habitual, el acebo no forma bosques monoespecíficos, sino que se presenta aislado o en pequeños grupos en el interior de otras formaciones como pinares de pino silvestre, hayedos o robledales. En la Península Ibérica es una especie que se distribuye bastante bien por el norte húmedo y templado de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco. Sin embargo, de manera infrecuente, los acebos si que forman bosques puros de cierta extensión, y es en la provincia de Soria, dónde contamos con más ejemplos de esta fantástica singularidad. Ahí están los acebales o acebedas, pues de ambas formas se pueden llamar, de las sierras del norte de la provincia de Soria: Montenegro de Cameros, La Póveda, Barriomartín, Arguijo, San Andrés de Soria, Almarza, Gallinero, Garagüeta, Ventosa de la Sierra, Oncala, Estepa de San Juan, Castilfrío, el Collado, Valtajeros, Las Aldehuelas o Santa Cruz de Yanguas. De entre todas esas acebedas, sin duda, la más notoria y famosa es la que se extiende en los términos municipales de Arévalo y Torrearévalo de la Sierra: el Acebal de Garagüeta. Los acebos forman aquí una extensa mancha forestal, con un dominio casi absoluto de ésta sobre otras especies. Son 180 hectáreas cubiertas por acebo, de las 404 hectáreas de la dehesa pues, realmente este acebal es una dehesa ganadera y al ganado se debe sin duda su actual fisonomía.
Es muy curioso ver como las matas de acebo se muestran con hojas pinchudas en los ejemplares exteriores, los que pueden comer los animales, pero muestran el borde liso cuando aparecen en ramas altas o ejemplares que se dan en los “corros o sextiles”, agrupaciones de acebos que forman refugios naturales para los animales. En estas fechas otoñales, por ejemplo, miles de zorzales vienen a pasar el invierno a estos bosques dada que son ávidos comedores del frutillo -gayuba, en muchos pueblos sorianos-.
Garagüeta puede recorrerse en su mayor parte, dado que hay una amplia red de senderos muy bien señalizados. Se accede desde la localidad de Torrearévalo de la Sierra a través de una pista en buen estado, pero es más que recomendable que, previamente, visitemos la Casa del Parque que se sitúa en Árévalo de la Sierra.
Dada su singularidad, el acebal de Garagüeta, forma parte de la Red de Espacios protegidos de Castilla y León bajo la figura de Reserva Natural desde el año 2007.
Se recomienda informarse previamente en la Casa del Parque
Tel: 650 979 358; e-mail: cp.acebalgaragueta@patrimonionatural