Os dejamos una nueva entrada en nuestro blog de las mejores visitas guiadas en Castilla y León , los guías de Burgos os invitamos a que descubráis San Pedro Regalado en la Aguilera.
Historia
El convento franciscano fue fundado en 1404 por fray Pedro de Villacreces (1350-1422) y toma el nombre de «Domus Dei» (la casa de Dios). Villacreces fue responsable de la gran reforma franciscana del siglo XIV que tuvo lugar en Castilla.
De la primera ermita a la que vino a vivir el padre Villacreces para establecer su reforma, fue ampliada por el Regalado, adosándole un amplio templo consagrado a la Anunciación de Nuestra Señora en 1438.
Uno de los discípulos más queridos de fray Pedro de Villacreces será fray Pedro Regalado (1390-1456). Cuando Villacreces fallece en Peñafiel en 1422 será Pedro Regalado el que le suceda al frente de la congregación reformada. Su vida de santidad y los prodigios que la rodearon llevaron a que fuera beatificado en 1684 por el Papa Inocencio XI y canonizado en 1746 por Benedicto XIV.
La Reina Isabel La Católica
Muchos años antes la reina Isabel la Católica visitó varias veces el sepulcro del santo y en una de ellas fue testigo de un hecho milagroso, representado en un lienzo que se conserva en el camarín del santo. La reina Isabel, durante sus múltiples estancias en Aranda de Duero, visitaba con frecuencia la tumba de San Pedro Regalado. Consideraba que el sepulcro era demasiado modesto y por eso encargó a la condesa de Haro que hiciera fabricar un rico sepulcro de alabastro.
La reina quería ser testigo del traslado de los restos y pidió que se le concediera una reliquia del santo. Cuando cortaron la mano del cadáver empezó a manar sangre abundantemente pese a que habían pasado ya varias décadas desde el fallecimiento de este santo varón. Ya llevaba enterrado 36 años
El propio cardenal Cisneros estuvo allí esperando a la llegada del Emperador Carlos V y entregarle la regencia que le había concedido Fernando al morir.
Han sido muchos los reyes que se han acercado hasta la Aguilera a visitar los restos de San Pedro Regalado. Carlos I también compartió alguna jornada con los franciscanos del Domus Dei. Felipe III visitó con frecuencia este convento, aprovechando sus desplazamientos entre Lerma y la Ventosilla. Precisamente existe, junto al sepulcro del santo, otro lienzo en el que se representa al príncipe enfermo en Aranda (el futuro Felipe IV), al que se lleva una reliquia de San Pedro Regalado con la esperanza de su pronta curación.
En el camarín del santo existe otro tercer lienzo, del estilo de los dos mencionados, que representa a San Pedro Regalado dando una limosna a un pobre después de muerto.
Sepulcro de San Pedro de Regalado
El sepulcro que podemos ver actualmente del santo no es el que mandó fabricar Isabel la Católica, aunque se conservan algunos de sus elementos. El actual fue erigido en 1910 por Manuel de Castro Alonso y en él incrustaron los relieves que mandara hacer Isabel la Católica a unos escultores del taller de Simón de Colonia. Éstos representan a:
- San Pedro Regalado rezando para salvar la vida de una mujer ahogada en el Duero,
- a un obispo dando la extremaunción al santo y
- a éste entre otros dos santos franciscanos: San Luis de Toulouse y San Antonio de Padua.
Capilla de San Pedro de Regalado
En la capilla octogonal que precede al camarín destacan varios retablos de estilo churrigueresco que fueron fabricados en la última década del siglo XVII. Se trata de un retablo dedicado a San José (en el que se encuentra una urna con reliquias de San Pedro Regalado), a San Antonio de Padua y al propio San Pedro Regalado.
El retablo central representa el traslado en brazos de los ángeles de San Pedro Regalado desde el convento del Abrojo, en Laguna de Duero (Valladolid), hasta la Aguilera. Este original retablo sirve también para dar acceso al camarín del sepulcro.
Todo el conjunto es coronado por un espectacular chapitel barroco que corona la linterna lo que da al convento esa característica estampa que tiene desde el exterior.
En los últimos meses ha sido noticia, incluso a nivel nacional, la fundación de la nueva congregación religiosa «Iesu Communio» (Comunión de Jesús). Con la aprobación del Vaticano el 8 de diciembre de 2010 el monasterio de las clarisas de La Aguilera-Lerma se transformaba en un nuevo instituto religioso de Derecho Pontificio.
Hasta ese momento tenían un permiso especial para ser una única comunidad, con dos sedes diferentes, pero con un mismo gobierno. El monasterio de la Aguilera fue cedido por los franciscanos en 2004 por treinta años para que las monjas de Lerma pudieran tener más espacio.
En ese año se cumplían precisamente los seis siglos de presencia franciscana en la Aguilera, pero el paulatino descenso de frailes abocaba al convento a su desaparición. Las nuevas monjas estaban acogidas también al carisma de San Francisco de Asís y Santa Clara, por lo que la labor emprendida seis siglos antes tenía continuidad de esta forma.
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