ANDRÉS LAGUNA, UN SEGOVIANO ILUSTRE

Andrés Laguna, fue un humanista, pensador, escritor, pero sobre todo un médico dedicado a la farmacología y a la botánica médica.


Sobre su lugar de nacimiento no hay duda, Segovia, pero sí la hay sobre la fecha
exacta.
Los primeros biógrafos databan el nacimiento en el año 1499 pero lo más probable
acorde con las últimas investigaciones es que fuera en 1510. Aunque su nombre era
Andrés Fernández Velázquez Laguna es mundialmente conocido como Doctor Laguna.


Diego de Colmenares, el gran cronista de Segovia, escribió: «Nació en nuestra ciudad de Segovia, en la Parroquia de San Miguel».
Su familia era de origen judeoconverso y mantuvieron la casa de la calle del Sol.
Sus padres eran Diego Fernández de Laguna, médico y Catalina Velázquez

Estudios de Medicina


Inició los estudios de medicina junto a su padre y los de latín en el convento de los
dominicos de Santa Cruz en Segovia.

Con apenas catorce años había ido a estudiar a Salamanca donde hizo los dos primeros años de Bachiller en Artes, aunque Andrés Laguna quería estudiar medicina, en España existía la prohibición de otorgar licencias de ejercicio profesional sanitario a todos aquellos que no pudieran demostrar su limpieza de sangre, por tanto el tercer curso lo realizó en París en 1530 donde obtuvo el grado en Medicina en 1534.
Durante su estancia en Francia pudo coincidir con Ignacio de Loyola, Luis Vives o los segovianos: fray Domingo de Soto, Andrés Valera, fray Andrés de Maderuelo, fray Antonio de Contreras o los hermanos Corone. También conoció al teólogo y pensador Erasmo de Rotterdam

Andrés Laguna: Escritor y Traductor


Andrés Laguna fue un gran escritor y traductor, uno de sus primeros libros: La
Anathomica Methodus (París, 1535) se la dedicó al obispo de Segovia, pero su gran
obra fue la traducción e ilustración del griego al castellano del Pedacio Dioscorides
Anazarbeo en 1555. El Doctor Laguna quería regalárselo al futuro Felipe II para
convencerle que en los jardines de Aranjuez, Valsain y el Pardo incluyera especies
botánicas.


El Dioscórides es un ejemplo de la transmisión de conocimientos a través de los siglos: escrito por el médico griego en el siglo I, traducida al árabe en el siglo X, la Escuela de Traductores de Toledo lo tradujo al latín a lo que Andrés Laguna aportó los más de quinientos dibujos de plantas y animales nombrados en varias lenguas. Tal fue su alcance que fue declarado obligatorio tener un ejemplar de El Dioscórides en las boticas de España hasta finales del XVIII.


La utilización de la imprenta, del latín y la lengua franca, asi como su sentido del humor y de la crítica irónica pusieron al Doctor Laguna en el centro del pensamiento renacentista europeo y le permitieron tener un gran éxito llegando a ser medico de los papas Pablo III y a Julio III además de la emperatriz Isabel, el emperador Carlos V y su hijo Felipe II.

Tal es la relevancia de Laguna que hasta el ilustrísimo Cervantes se refiere a él en el Quijote cuando el ingenioso hidalgo responde a la propuesta de Sancho de ir a buscar


“yerbas curativas en los prados:
«tomara yo más aína un cuartal de pan, o una hogaza
y dos cabezas de sardinas arenques,
que cuantas yerbas describe Dioscórides,
aunque fuera el ilustrado por el doctor Laguna».


Homenajeado también en la botánica mediante el arbusto La Lagunaria (vulgarmente “pica-pica”), que fue llamado así en su honor.


También podríamos decir que fue una de las primeras personas que piensan en el conjunto de Europa. Andrés Laguna conocía perfectamente la realidad de su tiempo.


En 1543, pronunció un discurso sobre Europa en la Universidad de Colonia donde expone la situación de un continente dividido, devastado por las continuas guerras y llama al reforzamiento de los lazos culturales que comparten las naciones del continente por encima de sus diferencias.


Su imagen figura entre los Retratos de Españoles Ilustres publicados en 1791 y está
en el Catálogo de Autoridades de la Real Academia de la Lengua.
Viajó por toda Europa dando conferencias y clases en las principales universidades, pero nunca olvidó sus orígenes pasando por Segovia siempre que podía.

Lugar de Enterramiento

Sus restos se encuentran en la Iglesia de San Miguel donde se puede leer “el segoviano”.
En la ciudad hay un instituto que lleva su nombre y La Asociación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud integrada por sanitarios, docentes y otros profesionales hacen que cada día podamos saber más de este ilustre segoviano.

En nuestras visitas guiadas tanto del barrio de la judería como en la de Patrimonio de la Humanidad intentamos honrar su memoria y poner en valor todas sus aportaciones

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