ESCULTURAS DE SEGOVIA

LA CULTURA EN BRONCE Y PIEDRA

Una treintena de esculturas salpican la ciudad de Segovia.

La mayoría pertenecen a personajes ilustres que hicieron de Segovia, una ciudad más rica culturalmente.

Por ejemplo, el doctor Andrés Laguna, en la plaza que lleva su nombre, realizada por el segoviano Florentino Trapero en 1960.

O el Mesonero Mayor de Castilla, Don Cándido López, cuya escultura de Luis Sanguino, disfruta de una de las mejores vistas de la Catedral. También cuenta con un busto frente a su restaurante.

La escultura de Agapito Marazuela, referente del folklore de la ciudad, con una obra de José María García Moro de 2002, sita en la Judería.

El escultor segoviano Aniceto Marinas, tiene un busto de Mariano Benlliure de 1943 junto a la casa donde nació en el barrio de San Millán, cuya Iglesia alberga magníficos pasos procesionales del artista.

Escultura de Aniceto Marinas junto a la casa donde nació.
Escultura de Aniceto Marinas junto a la casa donde nació.

Pero varias estatuas, realizadas por él, decoran las plazas de la ciudad; como las de Juan Bravo, en plena calle Real, o los Héroes del 2 de mayo, situada frente al Alcázar.

ESCRITORES RELACIONADOS CON SEGOVIA

El poeta Antonio Machado cuenta con una escultura frente al Teatro Juan Bravo y un busto en el patio de su casa, obra de su amigo Emiliano Barral.

También cuentan con escultura los escritores José Zorrilla en la calle que lleva su nombre, San Juan de la Cruz, José Rodao, del propio Aniceto Marinas , o Rubén Darío, obra de Santiago de Santiago.

Y a destacar la escultura de Domingo de Soto, quien fuera un fraile dominico, teólogo y confesor del Emperador Carlos V, realizado por Ortega en 1962.

Sin olvidar, la escultura de la Loba Capitolina, regalo de la ciudad de Roma en 1974, que sirve además de punto de encuentro. Las Esfinges, el Pastor o el Diablillo, estas últimas del escultor José Antonio Abella.

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