Hasta mediados del siglo XVI se acuñaban por todo el mundo las monedas a martillazos, o “ a martillo”, que queda más fino, pero el rey Felipe II decidió emprender en Segovia un proyecto de innovación industrial sin igual. Enterado de que unos técnicos alemanes habían inventado en 1551 un procedimiento que utilizaba ingenios hidráulicos de rodillos en vez de martilleos manuales, puso todo su empeño para implementarlo en sus reinos. Cecas de Alemania, Inglaterra, Francia, Austria, Eslovaquia, Rumania, Suiza, Suecia y Polonia estaban ya empezando a aplicar este sistema para fabricar monedas en serie, claro que se trataba de pequeños estados o ducados centroeuropeo. Felipe II decidió que España no iba a quedarse atrás, y más teniendo en cuenta que era él era, en esos momentos, el rey con más oro y plata de la Cristiandad.
Buscó una ubicación excelente en el Valle del Río Eresma a su paso por Segovia y a los pies del Alcázar. Encargó a su arquitecto predilecto, Juan de Herrera, los planos de un edificio industrial de gran solidez y eficacia. Organizó la adquisición y traslado de los ingenios desde Hall, en el Tirol, hasta Segovia, sufriendo la expedición grandes peripecias que podemos relatarte cuando nos vengas a visitar. El proyecto y puesta en marcha estuvo asesorado por técnicos que se formaron en Augsburgo y Hall, diseñando un organigrama laboral, distribuido por departamentos que nadie tiene que envidiar a los actuales.
El lugar elegido resultó ser perfecto, con suficiente caudal hídrico para alimentar potentes ruedas hidráulicas merced a un azud y caz propio, pues existía allí una antigua fábrica de papel. Al rey le agradó tanto el entorno que junto a las instalaciones de la planta industrial va a construirse un jardín privado con pabellón de pesca, pérgola cenador, huerto frutal, sala de rosas damascenas; en fin, pequeños rincones de gran belleza y recogimiento idóneos para la reflexión de un monarca, que hoy todos tenemos aun la suerte de poder visitar o disfrutar de recitales al caer de la tarde.
En 1583, el Real Ingenio de la Moneda estaba ya en funcionamiento. La producción de monedas iba en aumento. Pasaron los años y los siglos y la fábrica fue incorporando los nuevos sistemas de acuñación hasta llegar a la automatizacion.
Tras unos años de abandono, el enorme complejo industrial está restaurado y adecuado para su uso didáctico, cultural y turístico. Cuenta con un centro de interpretación del Acueducto, salas de conferencias y multifuncionales, salas museísticas donde se expone la historia y evolución de las monedas y su fabricación. Se puede contemplar in situ el funcionamiento de las laminadoras de rodillo y ver en primer línea un martinete, un fuelle hidráulico y la forja que servía para reparar todo el instrumental.
El conjunto de fábrica, jardines y ribera del Eresma es magnifico, un lugar de ensueño que no está masificado y es sumamente recomendable. La universidad IE University cuenta también con un espacio para actividades creativas en el que se desarrollan diferentes eventos como cursos, y conferencias abiertas a todo el público.
El Real Ingenio de la Moneda de Segovia es un componente singular del Patrimonio Industrial de la Humanidad. En 1583 era la Ceca número catorce en orden de las primeras creadas en Europa con el novedoso tipo de laminadoras a rodillo pero en la actualidad es la única de todas ellas que todavía permanece en pie, conservando todo su esplendor acrecentado por el cuidado que se dispensa al entorno de la ribera del Eresma. ¡Sin duda, no puedes perderte su visita!
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FUENTES:
– SOLER VALENCIA, Jorge Miguel (2014). Patrimonio Industrial en Segovia. Real Academia de Historia Y Arte de San Quirce
–El Real Ingenio de la Moneda de Segovia (2008) Edición de la Cámara de Comercio de Segovia. Texto y maquetación de Dr. Glenn Stephen Murray Fanton.
