Por segundo año consecutivo hemos vivido una Semana Santa sin apenas celebraciones, sin la cultura de la procesión recorriendo las calles de nuestros pueblos y de nuestras ciudades.
Esta celebración que aúna gran contenido religioso, arte, tradición, música y cultura, ha crecido tanto en pocos años gracias al impulso dado desde las instituciones y, sobre todo, por la Junta de Semana Santa y las Cofradías que a lo largo de todo el año trabajan por la mejora y la promoción de acciones que repercuten en el programa religioso y cultural del que disfrutamos.
Numerosos actos religiosos nos sobrecogen a golpe sordo de los tambores, el inalterable paso de los costaleros, el silencio contenido alrededor de la ciudad de las murallas.
La Semana Santa abulense fue declarada en 2005 de Interés Turístico Nacional y en 2014 de Interés Turístico Internacional. Actualmente cuenta con 14 cofradía, hermandades o patronatos que organizan 16 procesiones que empiezan el Viernes de Dolores y terminan el Domingo de Resurrección.
4 de abril de 2021
La procesión del Domingo de Resurrección está organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso, que fueron fundadas en 1689 y 1702 y se unificaron en 1944.
Tiene sede canónica en la zona norte de la ciudad, en la Ermita del Resucitado, en un paraje conocido como El Pradillo. Desde aquí parten las dos imágenes cubiertas con velo negro hasta la parroquia de la Sagrada Familia, donde después de la misa, comienza una procesión que rompe la emoción contenida de los días pasados; una procesión festiva, cercana y popular que recorre, a ritmo de dulzaina y tamboril, los barrios cercanos hasta encaminarse al centro de la ciudad, cómo no, a nuestro Mercado Grande, la Plaza de Santa Teresa.
No hay Pascua sin hornazo
El fin de la fiesta llega por la tarde con la tradicional romería del Resucitado para comer hornazo.
El hornazo tiene su origen en el medio rural de Ávila y Salamanca. Es un pan que se hornea una vez relleno de productos de la matanza y huevo cocido para celebrar la liberación de los días de ayuno y abstinencia que comenzaron en la Cuaresma. Por eso, es símbolo de fiesta, del nuevo tiempo que viene.
Y como estamos en Ávila, tenemos que buscar una excusa para celebrar a nuestra Santa y a la abulense de mayor proyección internacional.
4 de abril de 1515
Don Alonso Sánchez y doña Beatriz de Ahumada llevan a bautizar a la quinta de sus doce hijos a la parroquia de San Juan Bautista,, pues según dejó escrito don Alonso en su cuaderno familiar: «En miércoles, 28 días del mes de marzo, nació Teresa, mi hija, a las cinco de la mañana».
Fueron los padrinos Vela Núñez y doña María del Águila y recibió el nombre de su abuela materna, doña Teresa de las Cuevas.
La parroquia de San Juan Bautista está situada en el costado sur de la plaza mayor de Ávila, llamada Mercado Chico. Se levantó en el siglo XV en el lugar que ocupaba una antigua iglesia románica y conserva la famosa pila bautismal que puede ser visitada.
Ese mismo día, al norte de la ciudad, muy cerca de la Ermita del Resucitado, sonaban las campanas de recién inaugurado Monasterio de la Encarnación. Veinte años después abriría sus puertas para acoger a la futura Teresa de Jesús, Santa Teresa, Teresa de Ávila.
Para saber más sobre Santa Teresa puedes consultar este enlace
Os dejamos un video sobre la Semana Santa en Ávila: