Llega finales de noviembre y las turroneras de la Alberca abandonan su pueblo y sus familias. Vienen a la ciudad de Salamanca para vender sus productos en los Soportales de San Antonio, en lo que fue antiguamente la Plaza de la Verdura. Montan sus puestos para vender durante algunas semanas sus productos artesanales, entre otros su producto estrella: el turrón.
En Salamanca permanecerán hasta el día de Nochebuena. Y, aunque los guías de Salamanca seguiremos teniendo la oportunidad de comprar el turrón en La Alberca en nuestras visitas guiadas por la Sierra de Francia, nos despediremos en diciembre de las turroneras con un “hasta el año que viene…”, sabiendo que esta tradición que ha perdurado a pesar de los procesos de globalización, de manera invariable de generación en generación, sigue habiendo una voluntad firme de que sobreviva muchos años más. Y así cada año, las albercanas colocan sus puestos en los Portales de San Antonio, pegados a la Plaza Mayor, corazón de la ciudad.
Y según dicen ellas mismas, dicha tradición no se va a acabar, así vuelvan guerras o pandemias mundiales.
La Alberca, es el ultimo reducto que queda en España, a excepción de las zonas de Jijona y Alicante, que elaboran el turrón de forma totalmente artesanal. Producen más de mil kilos de turrón al año.
Origen del turrón
Su origen es incierto y aunque se comenta que su origen puede ser italiano, lo único cierto es que fue en el algún punto de la cuenca mediterránea donde se empezó a elaborar nuestro dulce navideño.
Por lo tanto, la llegada del turrón a tierras hoy salmantinas y según atestigua la leyenda, la receta procede de los moros, que repoblaron la Sierra de Francia y, aunque al principio no la compartieron, cuando se fueron integrando en la sociedad dieron a conocer la receta a sus vecinos.
Por otro lado, la razón por la cual se come en Navidad, tal vez haya que remontarse a la época de Felipe II, cuando ya las clases sociales más acomodadas acostumbraban a comer turrón en periodo navideño.
Receta.
Hacer turrón es muy sencillo. Son cinco los ingredientes que se necesitan: miel, azúcar, claras de huevo, almendra.
Primero se echa la miel en una caldera de cobre para calentarla y luego se añade un poquito de azúcar, se dejar que se vaya formando y luego se añaden las claras de huevo hasta que esté a punto de hilo, y ya es cuando hay que incorporar la almendra.
Y el secreto no es la receta, sino los ingredientes, todos naturales. Se siguen utilizando los mismos calderos y con la misma técnica. Lo importante es encontrar el punto de exacto de la fusión de la miel, y según cuentan las turroneras es el olor el que determina el momento de añadir la clara de huevo batida, las almendras, el de sacar la mezcla y el de formar los bloques, porque todas esas cosas hay que hacerlas cuando están en su punto, ni antes ni después, porque sino el turrón no sale bien.
Miel, almendras garrapiñadas, nueces… productos de gran calidad
Cada año cinco turroneras “bajan” desde La Alberca a Salamanca para, en los soportales de San Antonio” endulzarnos las Navidades y no sólo con el turrón duro, sino con otras muchas variedades y otras exquisiteces dulces: miel, almendras garrapiñadas, nueces, avellanas, castañas… ¡y hasta cremas faciales!
La miel de la Sierra es un producto de gran calidad y de gran variedad de colores, sabores y aromas. Dependiendo de su procedencia, es decir del tipo de flor del que proceda el polen, puede ser de encina, de castaño, de eucalipto, de naranjo, de tomillo, brezo, jara, etc.
Conocidas son sus propiedades inmunológicas, antibacterianas, antiinflamatorias y analgésicas.
Por otro parte, el polen que elaboran las abejas es un complemento ideal para la alimentación humana. Por sus propiedades antienvejecimiento, son la base para las cremas faciales que igualmente se pueden adquirir.
Y otro producto que encanta especialmente a los pequeños son las almendras garrapiñadas y las castañas.
¡No hay ya excusa para pasar unas Navidades muy dulces en Salamanca!
Escultura en homenaje a la turronera.
El 21 de diciembre del año 2017, el entonces alcalde de la ciudad Alfonso Fernández Mañueco, en representación del Excmo. Ayuntamiento de Salamanca inauguró en la Plaza del Mercado una escultura en homenaje a estas mujeres (en su mayoría) que cada año vienen haciendo muchos kilómetros de viaje para endulzarnos la Navidad y seguir manteniendo esta tradición.
Se trata de una escultura fundida en bronce con unas dimensiones de aproximadamente 1,60 cm de alto y 1.40 cm de ancho, y un peso de 600 kilos, esta obra representa a la turronera del siglo XIX vendiendo el turrón, sentada en una caja de madera y una mesa donde corta los trozos de turrón.
El autor fue Gonzalo Coello Campos, autor igualmente de otras dos esculturas situadas en el Museo del Comercio, representando un carnicero y una verdulera.
Con estas obras, se ha querido rendir un homenaje al comercio tradicional, que ha sido y es tan importante actualmente en plena globalización.
Desde Salamanca os deseamos unas muy felices fiestas navideñas. Y que el próximo año sea un año cargado de mucha salud y prosperidad para todos.
FELIZ NAVIDAD
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