Comienza el movimiento comunero de 1521 con la reunión de Ávila. Se redacta la Ley Perpetua.
En el verano de 1520, la Junta de Procuradores de las Comunidades castellanas se reunió en Ávila para redactar la Ley Perpetua, el precedente constitucional europeo que se habría convertido en la primera revolución constitucional –el movimiento político comunero de 1521- si no hubiera sido frustrado por el rey Carlos I y su corte.
El profesor de Derecho de la Universidad Complutense, Ramón Peralta, analiza y desgrana el contenido de aquella reunión en su libro La Ley Perpetua de la Junta de Ávila (1520), destacando la importancia que tuvo este texto político redactado y aprobado por una Junta extraordinaria de procuradores, –no convocada por el rey- a modo de Cortes Constituyentes, es impuesta al rey y no puede ser modificada por él mismo ni por Cortes ordinarias.
- Se establece la total independencia de las Cortes como asamblea representativa de estamentos y ciudades.
- Se fijan las funciones y modos de elección de los diputados como portavoces de los Concejos.
- Se declara la independencia y profesionalidad de los jueces.
- Se reestructura la administración estableciendo criterios de selección y controles objetivos.
- Se establecen garantías específicas judiciales en favor de la libertad y derechos de los ciudadanos.
- Se establece una Hacienda Pública y un orden económico en beneficio del desarrollo material del reino, de su producción y su comercio.
- Se prohíbe la injerencia de los extranjeros, excluyéndoles del ejercicio de cualquier cargo público.
- Se garantiza una amplia autonomía local-territorial en favor de Concejos y Comunidades.
Hace justo ahora 500 años se creaba una carta constitucional (sin que existiera todavía este concepto) y se diseñaba un orden tan moderno que en muchos países solo pudo desarrollarse en el siglo XIX o incluso en el XX.
Catedral de Ávila. Bóveda de la Sacristía o capilla de San Bernabé.
Todo ello fue posible debido al desarrollo de la burguesía local y a la pujanza de las ciudades castellanas que, en aquellos años, eran las sociedades más prósperas de Europa gracias al comercio.
Los promotores de la Ley Perpetua eran personas con conocimientos y medios y se apoyaban en conceptos teóricos ya extendidos en ambientes castellanos, como las ideas del abulense Alonso de Madrigal sobre las relaciones entre el pueblo y los reyes y los derechos de los súbditos.
La Santa Junta, máximo órgano dirigente de la revuelta comunera, inició sus debates en el verano de 1520 y se reunió con representantes de Toledo, Segovia, Salamanca, Toro, Zamora y Ávila. No parecían muchos, pero el gran error del cardenal Adriano de Utrech, que ordenó incendiar Medina del Campo, decantó hacia los comuneros a otras ciudades llegando a sumar 18.
En agosto viajaron a Tordesillas representantes de Ávila, Burgos, Cuenca, Guadalajara, León, Madrid, Salamanca, Soria, Toledo, Toro, Valladolid, Zamora y, más tarde, Murcia para presentar a la reina Juana el documento. Pero la reina se negó a firmarlo, mientras su hijo Carlos y su corte de extranjeros encontraron apoyo en algunos sectores beneficiarios de los favores del rey y combatieron aquella pretensión tan adelantada a su tiempo.
La Castilla próspera, dinámica y libre que se asomaba al siglo XVI terminaría debilitada y tristemente derrotada en Villalar, un 23 de abril de 1521.
Pero, ¿dónde se fraguó este revolucionario documento? En la capilla de San Bernabé, actual sacristía de la Catedral de Ávila.
Esta capilla es una sala de planta cuadrada y está cubierta con bóveda octogonal decorada en la parte superior con cuatro grupos escultóricos que refieren el Ciclo de la Pasión de Cristo y representan las escenas de la Subida al Calvario, la Crucifixión, el Descendimiento y la Resurrección.
Fueron realizados por Isidro de Villoldo, Juan Frías y Pedro de Salamanca hacia 1555 en madera lacada en blanco, dándole un aspecto cerámico curioso y sorprendente.
Catedral de Ávila. Sacristía o capilla de San Bernabé.
Retablo y grupos escultóricos
En el fondo hay un magnífico retablo en alabastro, obra también de Villoldo, que sirve para completar el mensaje pasional del conjunto con la Flagelación y Cristo Ecce Homo, además del relieve destacado de San Bernabé.
Este espacio, que en su origen fue la Sala Capitular de la Catedral del Salvador, presenta la importancia del conjunto artístico y toda la historia que envuelven sus muros y está incluido en la visita turística. Sin duda, merece la pena conocerlo. Mejor de la mano de un guía de turismo: https://visitasguiadascastillayleon.es/
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En este enlace, puedes visitar la web oficial de la Catedral de Ávila: https://catedralavila.es/
Y si hoy no puedes verla completa, aquí te dejamos directamente la sacristía: https://catedralavila.es/la-catedral/sacristia-y-sala-capitular/