La Asociación de Guías Oficiales de Turismo de Burgos oferta desde hace varios años una ruta gastronómica por la ciudad. Un perfecto maridaje de historia y arte con productos típicos de la gastronomía burgalesa.
El recorrido de la ruta gastronómica trascurre por el casco histórico y lugares emblemáticos como el Arco de Santa María, Catedral, Plaza Mayor, Paseo Espolón, Plaza de Mio Cid y Casa del Cordón. Durante la visita se realizan cuatro degustaciones de productos típicos de nuestra tierra en diferentes establecimientos hosteleros de la ciudad.
MORCILLA DE BURGOS
Como no puede ser de otra manera, la morcilla es uno de los pinchos que el visitante degusta en nuestra ruta gastronómica, acompañada de un buen vino de la Ribera del Duero o del Arlanza.
La morcilla se elabora en Burgos desde hace varios siglos, pero es en el siglo XVIII cuando se incorpora el arroz. Fueron los carreteros que transportaban la madera obtenida de los pinos de la sierra a tierras valencianas quienes trajeron de allí este ingrediente.
La morcilla cumplirá con tres requisitos que hacen de ella un producto estrella y será “sosa, sabrosa y picantosa”.
OLLA PODRIDA
En nuestra ruta gastronómica tenemos una segunda tapa que consiste en una degustación de la olla podrida, plato contundente de la gastronomía castellana y en especial de la provincia de Burgos. Está elaborada con alubias de Ibeas de Juarros y distintas partes de carne de cerdo (pata, oreja, rabo, costilla, panceta, chorizo, morcilla…)
Hay quienes afirman que su nombre primitivo era “olla poderida” debido a la gran cantidad de energía que aportaban sus innumerables ingredientes.
Francisco Martínez Motiño, cocinero y escritor del Siglo de Oro español, apunta lo siguiente: “Sepan vuestras mercedes que lo de podrido no es corrupción de la olla, sino del lenguaje, ya que debe decirse poderida, que quiere decir poderosa”.
LECHAZO ASADO
El lechazo es también otro de los productos más exquisitos de nuestra gastronomía que no podía faltar en nuestra ruta gastronómica. Por eso la tercera tapa está elaborada con carne de este animal y patata de Burgos. Respecto a este último producto hay que decir que el rudo clima burgalés, el suelo fértil, los cuidados tradicionales de los agricultores, el esmero en la selección y conservación de los envasadores, así como los rigurosos controles de los técnicos, hacen que la “Patata de Burgos” llegue al consumidor con la garantía de una calidad superior, contrastada y reconocida.
POSTRE DEL ABUELO
Como broche final a la ruta gastronómica, la última de las tapas tiene como ingredientes queso fresco de Burgos, nueces y miel. A este postre se lo conoce como “postre del abuelo”.
Debido a las frías temperaturas de Burgos las cuajadas del queso se conservaban durante más días sin necesidad de curarlas. Al no pasar un proceso de maduración conserva gran parte del suero de la leche y es rico en agua, lo que lo convierte en uno de los quesos más saludables del mercado.
ORIGEN DE LA TAPA
Se desconoce en qué momento se comienza a utilizar esta denominación para designar una pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida. Algunos estudiosos del tema afirman que la palabra “tapa” pudo tener su origen en Almería, donde a principios del siglo XX se tapaban las copas de fino con lonchas de jamón o lomo para que el vino no perdiera su sabor.
Bien es cierto, que el hecho de acompañar una bebida con alguna porción de alimento se remonta varios siglos atrás, siendo costumbre de los pueblos árabes y judíos medievales abrir el apetito con pequeños bocados.
A lo largo de este tiempo las tapas han tenido distintos nombres, Cervantes en “El Quijote” se refiere a ellas como “llamativos” y en la literatura del Siglo de Oro aparecen citadas en varios escritos con el nombre de “avisillos”.
También encontramos tradiciones que vinculan su origen al reinado de Alfonso X el Sabio. Cuentan que el monarca fue tratado por sus médicos con vino para curar una serie de dolencias que padecía y para aminorar los efectos del alcohol acompañaban la ingesta del mismo con pequeñas cantidades de alimento. Tanto le gustó la idea al rey que a partir de entonces ordenó que en todos los mesones se sirviera algún alimento junto al vino.
Sea cual sea su origen, las tapas de nuestro país se han convertido en sello de identidad de nuestra gastronomía y son conocidas internacionalmente.
Descubra más cosas sobre nuestro rico patrimonio gastronómico acompañados de Guías de turismo de Castilla y León .
¡Nuestra ruta gastronómica les dejará un buen sabor de boca!
Información y reservas: www.guiasdeburgos.es