Bajo una luna llena primaveral, las silenciosas piedras doradas de Salamanca permanecen inquietas ante la inminente llegada del desfile procesional, en un año de singular expectación como 2023, ya que la Semana Santa se engalana para celebrar el vigésimo aniversario desde su reconocimiento como internacional. Unos días en los que las calles se embriagan de quietud y esplendor por igual, de recogimiento y belleza, de contención y magnificencia. Salamanca, ciudad acostumbrada al ajetreo y al festejo, se funde un año más en el enaltecimiento de la tradición, del orgullo de ser parte de algo mayor que uno mismo, en una colectividad que rememora con fervor y respeto la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Las 18 cofradías, hermandades y congregaciones que conforman esta Semana Santa única, a través de más de una veintena de procesiones y actos, nos invitan a todos a compartir minutos de recogimiento, serenidad y reflexión.
El acto del Descendimiento hunde sus raíces en los albores del siglo XVII, momento en el que la ciudad se paraliza para poder ver el sobrecogedor instante del Viernes Santo en el que Cristo es desenclavado de la Vera Cruz.
Durante todo un año esperan pacientes los numerosísimos cofrades de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad para por fin poder portar a hombros, con un esfuerzo que bien lo merece, a la gran Señora bajo palio, bellamente decorada con delicadas flores y solemnes cirios que incapaces son de competir en belleza con la muy venerada Virgen María que llora amargas lágrimas plateadas por la muerte de su hijo. Estar presentes a la salida del gran templo catedralicio deja sin palabras a los asistentes, aun cuando muchos de ellos han vivido este conmovedor momento año tras año desde que eran tan solo unos niños acompañados por sus familias o amigos. Porque la Semana Santa de Salamanca es tanto conocer como reconocer. Vivir nuevas pasiones desde lo religioso, lo artístico o lo espiritual son solo algunas de las múltiples maneras en las que cada uno puede hacer suyos unos días que sin duda serán inolvidables.
Nombremos por supuesto a la Hermandad Dominicana, con la impresionante talla de Nuestra Señora de los Dolores, popularmente conocida como “La Piedad”, obra del gran Luis Salvador Carmona, valioso exponente de la imaginería castellana del siglo XVIII que procesiona en un desfile con tintes meridionales que aportan a la Semana Santa salmantina un sello personal, entre lo castellano y lo andaluz. Buena cuenta de ello lo apreciamos en el espectacular palio en metal plateado bajo el que recorre la ciudad la Virgen de la Esperanza desde el año 2010. El Convento de San Esteban se engalana en su deliciosa fachada plateresca como escenario insuperable para tan gloriosas tallas.
Salamanca, lugar de encuentro, de estudio, de diálogo, nos acoge en la tarde del Jueves Santo en el entorno del río que le da la vida, el Tormes, con su vetusto puente romano al paso de la hermandad del Cristo del Amor y de la Paz. Heredera del espíritu renovador de una ciudad universitaria y pasando a la historia de la Semana Santa de Salamanca por ser su paso de «La Coronación de espinas» el primero cargado íntegramente por mujeres en el año 1985. Unos minutos más tarde sucedió lo mismo con el paso de Jesús Nazareno de la Vera Cruz, siendo un hermoso logro al alimón. Pequeños grandes actos que se convierten en profundamente transformadores, permitiendo que todas las personas en igualdad participen de la Pasión de Cristo.
Este año, otras dos hermandades como son la de Jesús Flagelado y la Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz y Nuestra Señora, madre de la Sabiduría celebran asimismo 75 años desde su fundación. Felicidades pues y que se cumplan muchos, muchos más.
A todos vosotros, os esperamos en Salamanca para conocer sus tradiciones, su Arte, Historia, la Semana Santa, la enogastronomía y un estilo de vida agradable y festivo que marca el carácter de esta ciudad. Salamanca es especial, Salamanca es diferente y, para descubrirla, os animamos a que contéis con la experiencia y el saber de un guía local que os acompañará en una oportunidad única para el memorable encuentro con esta magnífica ciudad… y con uno mismo.
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