En este post queremos que conozcan algunos aspectos interesantes de Burgos y su relación con el mar.
Aunque hablamos de una ciudad que no está situada junto al mar, la reina Isabel la Católica concedió a Burgos el privilegio de tener un Consulado del Mar.
También en el siglo XVIII la Real Armada funda en Quintanar de la Sierra (Burgos) la Real fábrica de betunes (brea, alquitrán) para impermeabilizar las naves.
Además, importantes hombres de la Marina como el Almirante Bonifaz o Antonio Valdés y Fernández Bazán tienen una gran vinculación con Burgos.
El Consulado del Mar
En el siglo XV ya existía en Burgos la denominada “Universidad de Mercaderes”, una especie de sindicato de empresarios en el que había una disciplina interior con deberes recíprocos de los socios para los que no dejaba la entidad de buscar ventajas, no sólo en los fletes sino también en ferias.
En la Pragmática Real de 1494 por la que se funda el Consulado del Mar burgalés, continuador de la Universidad de Mercaderes, se reconoce a Burgos como el centro económico más importante del reino castellano.
También correspondía al Consulado la Ordenación de las flotas y la potestad de dictar Ordenanzas y de regular la “avería”, el impuesto sobre los géneros que el Consulado percibía para afrontar los inevitables dispendios de funcionamiento.
En un primer momento la sede del Consulado del Mar estaba en la Llana y en la portada de este edificio Bosarte, en su célebre viaje, vio dos estatuas (la de la Justicia y la de Paz) y leyó una inscripción: “La Paz es fruto de la Justicia”.
En el siglo XVIII la residencia de La Llana resultó inservible y el Consulado se trasladó a un edificio de noble fachada en el Paseo del Espolón. En el tímpano de dicha fachada se puede ver un ancla que alude a la vinculación de su historia con el mar.
El edificio, proyectado por Manuel de Eraso y propiedad de la Diputación Provincial, sigue cumpliendo la voluntad de los antiguos mercaderes con el funcionamiento de su Escuela de Dibujo y la dedicación del resto a funciones culturales. En el dintel podemos leer: “Generoso con su pueblo el Consulado dedica esta Casa a la estudiosa juventud de las Artes Gráficas. Año de 1796”.
En el siglo XVI esta institución goza de gran relevancia económica, pero el siglo XVII el Consulado del Mar vive una etapa de absoluta decadencia tras la que resurge tímidamente en el siglo XVIII hasta finalmente terminar desapareciendo.
Real Fábrica de Betunes de Quintanar de la Sierra
El expediente de la creación en 1785 de la Real Fábrica de Betunes, ubicada en las afueras de la Villa de Quintanar de la Sierra (Burgos), se conserva en el Archivo General de la Marina “Álvaro de Bazán” en Viso del Marqués (Ciudad Real).
Esta fábrica abastecía de madera y betún, destinado a impermeabilizar los buques, al Arsenal de Ferrol para la construcción naval.
Para conseguir la instalación más idónea se tuvieron en cuenta elementos importantes como la existencia de materia prima, la buena comunicación o el proceso de manufactura.
Además, con la finalidad de fomentar el empleo, se otorgaron privilegios a sus operarios. En el Fuero de Marina de 1794 se establece que si un operario cometía un delito se sometería a la jurisdicción de Marina, no a la ordinaria. Asimismo, en la Real Cédula de 1796 se disponía que quedaban exentos de milicias y de sorteo de quintas, ya que se consideraba que no hacían un servicio menos importante en la ocupación de sus trabajos que en el ejercicio de las armas.
Almirante Bonifaz
El importante mercader y marino Ramón Bonifaz, del que se desconoce su lugar de nacimiento, fallece en Burgos en 1256.
Vivió en el barrio de San Lorenzo de la capital burgalesa y fue alcalde de la ciudad en 1233 y 1246.
Fernando III el Santo le encarga a principios de 1247 el apresto, en los puertos de Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa, de una flota que había de operar en coordinación con su ejército para la conquista de Sevilla.
Tras reunir una flota de trece naves de vela y cinco galeras y reforzándola a su paso por Galicia con nuevos buques y tripulantes tomó rumbo al sur.
Su intervención fue decisiva en la conquista de Sevilla.
Se trata del primer almirante de Castilla y creador de la Marina Real de Castilla.
Es el fundador en Burgos del monasterio de San Francisco donde recibió sepultura tras su muerte en 1256.
Antonio Valdés y Bazán
Este burgalés fue capitán general de la Real Armada, así como secretario de Estado y del despacho universal de Marina e Indias (cargo que equivalía al de ministro en la actualidad)
A este ilustre hombre de la Marina debemos los colores de la actual bandera de España. Sabiendo de la dificultad que existía de distinguir los navíos en la guerra por el color de sus banderas, ya que predominaba el blanco, presentó al rey Carlos III doce modelos con colores de mayor visibilidad en el mar. El monarca eligió la que tenía dos listas extremas rojas y una central amarilla. El 28 de mayo de 1785 la nueva bandera ondeaba en los buques. Posteriormente, la reina Isabel II la declara bandera nacional el 20 de diciembre de 1843.
Antonio Valdés consigue que la Marina, naciente entonces, logre gran impulso, mejorando la instrucción de los oficiales, ampliando la enseñanza de la artillería e impulsando las expediciones científicas.
En tiempos de Carlos IV fue ascendido a teniente general y se le concedió en 1791 la llave de gentilhombre de Cámara.
Tras el acuerdo de Basilea, que pone fin a la guerra con Francia, el rey lo asciende a Capitán General de la Armada y le concede el Toisón de Oro.
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