La devoción de la ciudad de Segovia.
“Virgen bendita de nuestra tierra, Madre adorada de la FUENCISLA, Fuente que mana vida y dulzura, Santa María…”
Así comienza el himno a la Virgen de la Fuencisla, patrona de Segovia, que cada mes de septiembre resuena en el interior de la Catedral de nuestra ciudad entonado por cientos de fieles.
A lo largo de los días en que se desarrolla la novena de la Virgen de la Fuencisla, su imagen sale de su santuario por unas jornadas y se expone en la Catedral para que un número mayor de personas puedan seguir las celebraciones. Este traslado viene realizándose desde 1977 en torno al 25 de septiembre, día de la fiesta principal.
Pero empecemos por el principio. El inicio de la devoción a la Virgen de la Fuencisla lo encontramos en el suceso de la judía Esther en tiempos de Alfonso VIII. Ella fue condenada a ser arrojada desde las Peñas Grajeras, acusada injustamente de adulterio. Esther se encomendó a la Virgen de los cristianos que hizo que llegara ilesa al suelo. Tras este suceso la bautizaron con el nombre de María y el sobrenombre “del Salto” por el milagro de su salvación. Tan conocido llegó a ser este acontecimiento que Alfonso X lo recoge en su Cántiga 107.
En el claustro de la Catedral podemos ver el sepulcro de María del Salto y una representación de los hechos.
El Santuario de la Fuencisla
El nombre de Fuencisla significa “fuente que mana”. Esto es muy probablemente debido a los manantiales que encontramos junto al Santuario que se erigió en el lugar donde sucedieron los hechos anteriores.
El edificio está ubicado cerca del río Eresma. Se trata de un entorno privilegiado desde donde podemos contemplar el Alcázar de Segovia. Desde allí su imagen es de castillo de cuento de hadas.
El templo que hoy día podemos visitar se construye donde probablemente ya se encontraba una ermita para recordar el milagro ocurrido con María del Salto.
En su construcción participaron Pedro de Brizuela como arquitecto y Francisco de Mora como maestro de obras. Al traslado de la imagen al Santuario asistió el rey Felipe III.
La talla de la Virgen, de unos 77 centímetros, es de estilo gótico y está realizada en madera policromada. Representa a María con el niño en brazos y con vestiduras azules en su policromía. Aunque la imagen por sí sola tiene una gran belleza, se le suele revestir con mantos de diferentes diseños regalados por varios fieles a través de los tiempos.
Muchos son los que se acercan al Santuario a su paso por Segovia. En 1982 el Papa Juan Pablo II acudió al mismo para rezar ante la imagen de nuestra Patrona.
En este 2021 el novenario se llevará a cabo en la Catedral entre los días 16 y 26 de septiembre. Un gran número de feligreses y curiosos acuden cada año a la subida y bajada de la imagen desde su Santuario en el Valle del Eresma hacia la Catedral y viceversa. Uno de los momentos más especiales es el paso de la Virgen por la plaza del Azoguejo junto al Acueducto. Allí se realizan bailes en su honor con los trajes tradicionales.