El Cristo del Otero, símbolo de la ciudad de Palencia
El Cristo del Otero es, sin lugar a duda, uno de los símbolos de la ciudad de Palencia. Majestuoso y protector lleva custodiando la ciudad desde 1931. Es una escultura de poco más de 21 metros de altura. Es la más alta de España. Aunque en Palencia decimos siempre que es la segunda más alta del mundo detrás del Cristo Redentor de Rio de Janeiro (levantada unos meses después que la de Palencia). En realidad, eso fue verdad por un corto periodo de tiempo: del año 1931 al 1934, ocupando en la actualidad el lugar nº 17 en relación a su altura.
Se eleva solitaria sobre el cerro que le da nombre, el del Otero a 845 metros de altura, que alberga no sólo la imponente imagen de este Sagrado Corazón, sino también la tumba del escultor que la realizó: Victorio Macho. Sus restos reposan en la Ermita de Santa María del Otero, hoy convertida en una dependencia más del Centro de Interpretación Victorio Macho donde se nos acerca a la vida y obra de este palentino insigne.
Proyecto y ejecución de la obra
La escultura que podemos contemplar en la actualidad es el segundo proyecto que realizó el autor. El primer diseño lo presentó el escultor en 1927: una imagen de hormigón recubierta de azulejos con brillo, manos, pies y rostro en bronce y ojos de marfil y mármol azul. Parece que no fue bien recibido y el escultor presentó un segundo proyecto que fue el aprobado y ejecutado. El Cristo está esculpido en hormigón armado, piedra artificial y granito natural por este precursor de la escultura contemporánea en España, Victorio Macho. En su ejecución podemos encontrar influencias de corrientes artísticas como el Art Decó, el cubismo o incluso del arte egipcio.
La primera piedra de esta obra se colocó el 12 de junio de 1930 y su construcción duró tan solo ocho meses concluyendo en el mes de febrero de 1931. Pesa 392 toneladas que se apoyan sobre tierras margas blanco azuladas con yesos cristalinos por lo que fue necesario construir cimientos muy profundos en los que se emplearon 1.000 toneladas de hormigón.
Significado del Cristo del Otero
Si bien se le conoce como Cristo del Otero, es en realidad un ejemplo más de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús que comienza con la Encíclica del Papa León XIII, Año Santo (Annum Sacrum), en el año 1899 en la que consagra al género humano a esta advocación. También es conocido como el Cristo del Sermón de la Montaña. Estos podríamos decir que son sus significados desde el punto de vista religioso.
Para las gentes de Palencia es mucho más, es un símbolo de la ciudad. Es su protector. Es una atalaya desde la que contemplar la inmensidad y belleza del paisaje palentino desde Tierra de Campos hasta la Montaña Palentina y también es el lugar en el que se celebra una de las fiestas locales más arraigadas: la Pedrea del Pan y Quesillo.
La Pedrea del Pan y Quesillo
Desde hace siglos, el domingo más cercano al 16 de abril se celebra esta fiesta recordando el apedreamiento de Santo Toribio por la población de Palencia. Se cuenta que este santo fue a nuestra ciudad a predicar contra el priscilianismo. Fue apedreado y tuvo que refugiarse en una cueva en el cerro del Otero. Días después, lluvias torrenciales inundaron la ciudad e hicieron desbordarse el cauce del Carrión y la población consideró este hecho un castigo divino por la herejía y pidieron al santo que devolviera las aguas a su cauce.
Cuando esto sucedió, en agradecimiento lo nombraron segundo patrón de la ciudad. La fiesta comienza con una procesión desde la Iglesia de San Ignacio y Santa Inés hasta llegar a la Ermita del Otero. Tras la celebración de la Eucaristía en honor al santo, desde un balcón de dicha ermita las autoridades tiran miles de bolsas con pan y queso a quienes esperan a los pies de las misma este momento para rememorar el «apedreamiento del santo». Música, artesanía, gastronomía, bailes y atracciones para las y los más pequeños completan el día festivo en honor a Santo Toribio.
Otras obras de Victorio Macho
La ciudad de Palencia está plagada de obras de Victorio Macho como la escultura de Alonso Berruguete de la Plaza Mayor, La Aguadora delante de la iglesia de la Soledad, etc. Pero no sólo en Palencia podemos disfrutar de su obra. La encontramos también en el Retiro en Madrid, los Jardines de Pereda en Santander, el Museo que le recuerda en Toledo, la Universidad de Salamanca y plazas y jardines de otras ciudades españolas que son testigos de su excelencia.
Si paseas con nosotras por la ciudad te enseñaremos algunas de estas otras obras singulares y cómo no la escultura de su discípulo, Luis Alonso Muñoz en la Calle Mayor.
Y si quieres saber más del artista que creó el magnífico Cristo del Otero, aquí te dejamos un enlace a un documental sobre su obra.
(Las fotos de esta entrada, junto a las de nuestra autoría, han sido tomadas de las webs del ayuntamiento de Palencia, de la Diócesis de Palencia, del Diario Palentino y de Palencia en la Red).