EL POZO DE LA NIEVE Y LOS SUBTERRÁNEOS EN SALAMANCA

Una de las visitas guiadas que más éxito ha tenido a lo largo del año 2022 y 2023 en Salamanca ha sido la visita de Leyendas con visita al pozo de la nieve y subterráneos de Salamanca.

Por ello, desde Visitas Plaza en Salamanca te animamos a que sigas leyendo para saber un poco más de esta visita que forma parte del imaginario colectivo a través de sus leyendas, curiosidades y anécdotas salmantinas así como de la Salamanca oculta ligada estrechamente a la existencia de subterráneos y cuevas, alguna, como la Cueva de Salamanca vinculada a la Universidad de Salamanca.

El convento de San Andrés, de la Orden del Carmen Descalzo, fue uno de los conventos más importantes de la capital charra. Fue construido extramuros de la Puerta de San Pablo durante los siglos XVI y XVII. Su destrucción significó la pérdida de uno de los edificios más grandes y alabados de la ciudad. En él residieron importantes personalidades, siendo el más conocido San Juan de la Cruz, que habitó en él desde 1564 hasta 1567.

De su construcción sólo nos ha llegado la capilla de la Orden Tercera del Carmen y algunas pequeñas dependencias de servicio, una casa de oficios con tenadas y un magnífico pozo de la nieve.

La Asociación de Visitas Plaza en Salamanca viene realizando desde hace un par de años, y gracias a la colaboración de la Oficina de Turismo y la sociedad Turismo, Comercio y Promoción Económica de Salamanca, visitas guiadas a este espacio tan poco conocido como tan inesperado en la ciudad. Se trata de uno de los espacios más interesantes e impactantes de nuestra ciudad.

El convento de San Andrés.

La Orden del Carmen Calzado se establece en Salamanca a comienzos del siglo XIV. Primero se asientan en la zona de las Huertas de la Vega, hasta 1479 cuando una riada del río Tormes lo destruye. En ese momento, en 1480, se asientan en la parroquia de San Andrés, muy próxima a su primer emplazamiento.

La primera iglesia, pequeña con cubierta de madera, se vio agrandada con el paso del tiempo, cuando se construyen las dependencias del convento y el colegio anejo.

A pesar de los destrozos que en él causó la riada de San Policarpo, las obras se prolongaron hasta 1651, fecha en la que se consagra la iglesia.

A pesar de que hoy contamos con muy pocos restos, sabemos que se trataba de un edificio de importantes dimensiones, de planta rectangular y que contaba con torres en las cuatro esquinas.

En el imaginario popular queda la denominación que se hizo de él como “El Escorial Salmantino”.

Sabemos igualmente que la economía del convento fue muy precaria a lo largo del siglo XVIII, a lo que se une el hecho que aprovechando su situación extramuros de la ciudad, fue utilizado como cuartel militar durante la Guerra de la Independencia, a lo que se añadió la exclaustración de 1835 y la Desamortización de 1836 y con ello la finalidad de utilizarlo como cantera de piedra labrada. Además, la construcción del actual Paseo del Rector Esperabé, significó la utilización de los restos del edificio para suavizar la pendiente de la actual carretera. ¡Triste final para uno de los edificios más imponentes con los que contó Salamanca!

El Pozo de Nieve.

Imagen cedida por Turismo de Salamanca.

Construido alrededor de 1738, se trata de una edificación aneja a la muralla, con unas dimensiones de 6.50 metros de diámetro y una profundidad de 7.10 metros, excavado en roca para mejorar el aislamiento. Para permitir el drenaje del agua de fusión tiene una ligera pendiente desembocando en un pequeño conducto. En origen durante su funcionamiento se disponían de vigas de madera y se colocaban escaleras de acceso al fondo del pozo según variaba la cota del hielo. Tanto los muros como la bóveda estaban realizados en pizarra y mortero de cal. Un gran hueco se abre posteriormente, con el cambio de uso, permitiendo la entrada de luz y calor, incompatible con el uso primigenio del pozo.

Bien conocido el uso del hielo desde época romana, era especialmente indicado en usos medicinales y sobre todo de refresco y mantenimiento de alimentos, dejó de ser útil a finales del siglo XIX debido a la aparición de la electricidad.

Se trataba esencialmente de una actividad lucrativa vinculada a conventos y colegios. La nieve se recogía bien de los alrededores, bien de la Sierra de Francia desde donde venían los carros a los pozos y donde se procedía a su almacenaje y conservación, alternando la compactación de la nieve convirtiéndola así en hielo y la paja para su mejor conservación.

Tras la venta del pozo después de la exclaustración, el pozo acabó englobado en la fábrica de tejidos de Brufau, siendo utilizado como almacén de encajes y puntillas, rellenando además el pozo con escombros.

Los subterráneos

La visita se complementa con la sorprendente visita a los subterráneos. Esta  red se conoce sólo parcialmente, teniendo una longitud de 75 metros y 150  metros cuadrados de superficie.

Lo que actualmente se puede ver, se trata de una sala abovedada de aproximadamente 25 x 4 metros, en el que la acción del agua de filtración ha propiciado la formación de estalactitas y coladas.

Se accede a través de escalones tallados en la roca, con los que posiblemente se buscaba llegar al nivel freático especialmente útil en momentos de sequía.

Además hay otra sala de origen incierto que posiblemente se utilizó como bodega hasta el siglo XX.

Anímate a descubrir con la Asociación Visitas Plaza este espacio además de vivir una experiencia única descubriendo las leyendas y curiosidades de otros espacios como la Cueva de Salamanca o el Huerto de Calisto y Melibea.

Puedes hacer tu reserva a través de la página web salamancavisitaguiada.com

O llama al teléfono 636 87 32 60

Puede que también te guste...