En el camino de Santiago, a su paso por la provincia de Palencia, se encuentra la iglesia de Santa María la Blanca de Villasirga. Esta iglesia está relacionada con la Orden del Temple, según consta en un documento del siglo XIV. Es conocida la gran devoción que en el trascurso de los siglos peregrinos, nobles y reyes han sentido por la Virgen de Villasirga.
El rey Alfonso X, el Sabio, le dedicó doce de sus Cantigas a esta Virgen. https://xacopedia.com/Cantigas_de_Santa_Mar%C3%ADa
En el interior del templo encontramos el sepulcro del infante Felipe, hijo de Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia. Junto a él hay otro sepulcro con una representación de un personaje femenino. Durante mucho tiempo se identificó como el de doña Leonor Ruiz de Castro, aunque la heráldica del sepulcro no concuerda con los Ruiz de Castro, sino con los Girón.
Doña Leonor fue la tercera esposa de don Felipe y en el documento en el que pedía dispensa papal para contraer matrimonio con él por sus lazos de consanguineidad se dice que hace lo mismo que la segunda esposa del infante, a la que llama “Inés”. Por este motivo algunos estudiosos la identifican con doña Inés Rodríguez Girón, pudiendo ser ella la que está enterrada junto a don Felipe en Villarcázar.
Además, hoy se sabe que doña Leonor fue sepultada junto al hijo de ambos, el infante don Felipe de Castilla y Rodríguez de Castro, fallecido de niño. Así se hizo siguiendo sus propias disposiciones testamentarias, en la iglesia del convento de calatravas de San Felices de Amaya.
Iconografía de los Sepulcros
Los sepulcros del infante y su esposa constituyen una documentación detallada del ritual funerario en la Edad Media. Estos sepulcros se encuentran en la Capilla de Santiago, aunque se piensa que su emplazamiento primitivo estuvo a ambos lados del coro a los pies del templo.
Sus características estilísticas e iconográficas hacen que algunos estudiosos los atribuyan a Antón Pérez de Carrión, que también firma el sepulcro de don Nuño Díaz de Castañeda del Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campóo.
El Sepulcro de Don Felipe
El sepulcro de don Felipe destaca por su cortejo fúnebre donde no solo las plañideras sino todos los asistentes a la ceremonia muestran gestos de dolor. En contraposición, la viuda adopta una actitud mesurada, comedimiento propio exigido a su condición. Asisten también a las honras fúnebres los cuatro miembros de las órdenes religiosas (franciscana, agustina, cisterciense y benedictina), así como la de los templarios, indicando la vinculación del infante con la Orden del Temple. https://www.lugaresconhistoria.com/villalcazar-sirga-palencia
La manera en que el infante Felipe sujeta la espada levantada no es la habitual, pues lo más usual es encontrar las espadas esculpidas con el filo sobre el suelo, a fin de que el arma asemejase una cruz.
La inscripción de la lauda sepulcral hace referencia a su condición de hijo del rey Fernando III el Santo, no citándose que fuera hermano de Alfonso X el Sabio, con el que mantuvo duros enfrentamientos a lo largo de su vida, estando al frente el infante Felipe de las revueltas nobiliarias contra el rey.
Los sepulcros han sido abiertos en numerosas ocasiones a lo largo de los siglos.
La capa del infante, una pieza elaborada con un tejido almohade del siglo XIII, fue trasladada al Palacio Real de Madrid en 1844, por orden de Isabel II, junto a otros restos textiles de los mismos sepulcros. Actualmente un fragmento de la capa se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid junto al bonete y la daga del infante, donde también se muestra el cojín mortuorio de doña Inés.
La Orden del Temple en Castilla
El Temple se creó en 1119 en Jerusalén para defender los Santos Lugares y luchar contra los infieles. Sus fundadores fueron caballeros franceses, por lo que Francia se constituyese en el gran centro de su poder. Bernardo de Claraval fue el impulsor de esta orden monástica y quien redactó la regla de los templarios.
Tras solo nueve años después de su fundación ya hay presencia templaria en la península ibérica, donde la Orden contribuyó a la repoblación estable de la zona conquistada.
La condesa Teresa de Portugal les dejaba en herencia el castillo de Soure, Coimbra, en 1128. Estaba en un enclave recién conquistado y el rey Alfonso VII se mostró favorable a la decisión.
En Castilla, sin embargo, el Temple tardó más en implantarse que en otros reinos cristianos y nunca alcanzaría tanta presencia como en los reinos vecinos a pesar de contar con la frontera musulmana más extensa.
La Orden del Temple en Palencia
Santa María de Villasirga es una de las 28 encomiendas que tuvo la Orden del Temple en la Corona de Castilla y la única en la provincia de Palencia.
En general, las relaciones de los templarios de estos reinos con los reyes de Castilla y de León fueron de estrecha colaboración. Tuvieron algunos altibajos, como el momento en el que apoyaron el levantamiento de Sancho IV contra su padre, Alfonso X. Las relaciones atravesaron su peor momento cuando el maestre provincial, Rodrigo Yáñez intentó a la desesperada, utilizar los castillos de la Orden como garantía de un juicio justo a los templarios: Provocó con ello fuertes disensiones en el seno de la familiar real, llegando a perder el favor de la reina madre María de Molina,
Villalcazar de Sirga se encuentra en el camino de Santiago francés a su paso por la provincia de Palencia. Las guías de AGOTPAL estaremos encantadas de acompañarte por esos lugares llenos de historia y de misterio. Sólo tienes que llamarnos. https://visitasguiadascastillayleon/palencia
¿elige bien quien te guía!